Se ha comprobado que las familias en Francia, por ejemplo, hacen un promedio de 5 lavados a la semana, lo que suma un total de 220 lavados al año. Durante estos ciclos de lavado se emplean 26 litros de detergente líquido y 40 kilos de detergente en polvo.
Método de preparación
Los componentes necesarios para crear el detergente líquido que requerirás para un año de lavados son los siguientes:
- Escamas de jabón de Marsella, 60 gramos (costo aproximado, unos 0,40 céntimos)
- percarbonato de sodio, 15 gramos (costo promedio 0,15 céntimos)
- bicarbonato, 30 gramos (costo aproximado 0,10 céntimos)
- aceite esencial, algunas gotas (cerca de 0,05 céntimos).
- 1 litro de agua caliente
- 1 litro de agua fría
Primero, es necesario calentar un litro de agua. En esta agua, deberás agregar las escamas de jabón de Marsella, asegurándote de que se mezclen adecuadamente.
Con el fuego apagado, es el momento de añadir el percarbonato de sodio y luego el bicarbonato. A continuación, puedes utilizar una batidora para mezclar todo, buscando que la mezcla sea lo más homogénea posible.
Luego, la mezcla debe enfriarse y reposar durante aproximadamente un día entero. En este momento, el detergente debería haber adquirido una consistencia bastante densa, lo cual es normal. El siguiente paso consiste en mezclar todo agregando un litro de agua fría. Nuevamente, el objetivo es conseguir una mezcla uniforme y suave.
Necesitarás envases, los de los detergentes líquidos que hayas lavado y secado previamente son adecuados, así como simples botellas de plástico. Si lo prefieres, puedes optar por un frasco de vidrio. Debes añadir unas gotas de aceite esencial de tu elección al detergente, que se utilizará para perfumar la ropa. Ejemplos de esto son la lavanda y el limón.
Lograrás, invirtiendo poco, un detergente líquido que puede blanquear, desinfectar y eliminar las manchas de tu colada. Estas propiedades se deben al bicarbonato, que es un producto natural y biodegradable. Además, actúa como suavizante de telas y desodorante.
El percarbonato de sodio, por su parte, tiene propiedades desinfectantes y quitamanchas. El jabón de Marsella, en cambio, es biodegradable y antialérgico, limpiando suavemente.