Las fresas que se venden en el mercado han crecido en tamaño. Las que cultives en tu hogar no alcanzarán ese tamaño, pero su sabor será mucho más intenso.
1. ¿Cuánto necesitas para tener suficiente?
Para una familia de cuatro personas, planta alrededor de una docena de fresas de junio, que producen frutos simultáneamente a principios del verano, junto con una docena de plantas de variedades remontantes, que dan frutos en primavera y nuevamente a finales del verano.
- Cada planta debería ofrecer aproximadamente 250 ml (una taza) anualmente.
2. Selecciona una variedad
Las fresas son sensibles a la duración de la luz diurna, pero cada tipo reacciona de manera diferente a los cambios en la cantidad de luz.
- Fresas de junio: florecen todas juntas a principios de primavera y están listas para cosechar a inicios del verano. Ejemplos de fresas de junio son “Earliglow” y “Surecrop”.
- Variedades perennes: producen fresas en primavera y nuevamente en otoño. “Ogallala” y “Ozark Beauty” son variedades que se repiten.
- Variedades indiferentes: contribuyen a llenar el vacío de producción al florecer más tarde en primavera y producir a principios del verano. Suelen continuar floreciendo más tiempo que las fresas de junio.
- Fresas alpinas: pequeñas, pero con un aroma excepcional. Las “Alexandria” tienen frutos jugosos y las “Alpine Yellow” ofrecen pequeños frutos dorados.
3. Cultiva fresas
Las fresas prefieren suelos ricos, ácidos y que drenen bien.
- Al principio de la primavera, prepara un lecho bien desmalezado y arado, enriquecido con abundante compost o estiércol bien descompuesto.
- Planta las fresas en un día nublado para evitar que las plantas sufran por la exposición al sol directo.
- Las fresas son delicadas con la profundidad de siembra. Deben plantarse de manera que las coronas queden justo sobre la superficie del suelo. Si se siembran demasiado profundas, las plántulas se pudrirán; si no lo son lo suficiente, se secarán.
- Coloca un mantillo entre las plantas utilizando agujas de pino, paja o hojas trituradas.
4. Mantén el movimiento
Cuando una cama de fresas existente comienza a ser menos productiva, inicia una nueva en otra parte del jardín.
- Asegúrate de no elegir un lugar donde se hayan cultivado tomates, pimientos o papas en los últimos tres años, ya que las fresas podrían verse afectadas por las mismas enfermedades del suelo que afectan a estos cultivos.
5. Riega por la mañana
Es importante mantener las fresas húmedas, pero solo riega por la mañana para que las plantas tengan tiempo de secarse antes del anochecer.
- Esto ayudará a disminuir el riesgo de enfermedades y pudrición de los frutos, además de disuadir a las babosas.
6. Acelera la cosecha
Las fresas madurarán más rápidamente si proteges las camas con túneles o cubiertas plásticas desde muy temprano en la primavera.
- No olvides dejar los extremos de los túneles abiertos en los días cálidos para permitir el acceso a los insectos polinizadores.
7. Propaga nuevas plantas de fresa
- Facilita que los pequeños estolones enraícen fijándolos al suelo con alambres de 10 centímetros doblados en forma de U.
- También puedes enterrar macetas de ocho centímetros en la tierra y sujetar los estolones a ellas. Corta la conexión con la planta madre seis semanas después y espera otra semana antes de trasplantar.
8. Nutre tus plantas dos veces
- Fertiliza las plantas de fresa establecidas al comienzo de la primavera, cuando comienzan a mostrar nuevo crecimiento.
- Corta las copas nuevamente a mediados del verano para prevenir enfermedades y observa si hay signos de nuevo crecimiento antes de fertilizarlas por segunda vez a principios del otoño.
La segunda fertilización en otoño ayuda a las plantas a formar los brotes que se convertirán en flores la próxima temporada.
9. Protégelas del frío
- En regiones con heladas severas, cubre las plantas después de la primera helada con varias pulgadas de paja, heno u otro material grueso.
- Retira la cobertura en primavera una vez que el riesgo de heladas haya pasado.