El abono es un producto que se puede aplicar o mezclar con la tierra para ofrecer a las plantas los nutrientes esenciales para su desarrollo. De hecho, contribuye a nutrir las plantas y a promover su floración. Así que puedes optar por fertilizantes sintéticos o por ingredientes que tengas en tu cocina.
Para enriquecer el suelo y favorecer el crecimiento de tus plantas, puedes utilizar ingredientes naturales y de fácil acceso que probablemente ya tengas en tu cocina.
¿Qué nutrientes son esenciales para las plantas?
Los nutrientes fundamentales que requiere una planta verde son:
- Potasio: ayuda a la planta a defenderse de agresiones externas y a regular su consumo de agua.
- Fósforo: promueve la floración o la producción de frutos y estimula el crecimiento de las raíces.
- Nitrógeno: favorece el desarrollo de las plantas y les permite generar nuevos tejidos.
Estos nutrientes pueden encontrarse en diversos fertilizantes minerales, como los que son ricos en nitrógeno o en fórmulas complejas, así como en fertilizantes orgánicos.
¿Cuáles son algunos fertilizantes naturales que ayudan al crecimiento de las plantas?
Tu cocina está repleta de ingredientes naturales eficaces para fomentar el crecimiento de las plantas.
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Fertilizante natural a base de posos de café
Los posos de café son un abono natural que contiene fósforo, magnesio, nitrógeno y potasio. Su pH es ligeramente ácido, lo que lo hace ideal para plantas que prefieren suelos ácidos, como los tomates y las hortensias. Puedes esparcir un poco de café molido alrededor de la base de las plantas o mezclarlo con la tierra, con moderación, para no perjudicar la floración. Además, los posos de café pueden servir como activador del compost, así que puedes añadirlos al compost junto con estiércol de ortiga. Evita el exceso para no frenar el crecimiento de las plantas. Recuerda que el compost es un excelente fertilizante, compuesto de residuos vegetales y materia orgánica.
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Fertilizante natural con cáscaras de huevo
Cáscaras de huevo – Fuente: spm
Las cáscaras de huevo son ricas en minerales y aminoácidos, lo que las convierte en un excelente abono orgánico. Puedes triturar las cáscaras con un mortero hasta obtener un polvo que esparcirás en la base de tus plantas. Asegúrate de raspar ligeramente la tierra con un rastrillo para integrarlo mejor. También puedes preparar una infusión con las cáscaras de huevo para usarla como agua de riego, hidratando así tus plantas y aportándoles los nutrientes necesarios. Ten en cuenta que las cáscaras de huevo ayudan a repeler parásitos, plagas y gasterópodos, y también se pueden usar para enriquecer el compost y equilibrar su pH, haciéndolo menos ácido.
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Fertilizante natural con cáscaras de naranja
Las cáscaras de frutas son útiles para fertilizar la tierra, especialmente las de cítricos. Por ejemplo, las cáscaras de naranja son ricas en calcio, potasio, magnesio y nitrógeno. Corta finamente las cáscaras de naranja frescas y raspa ligeramente el suelo con un rastrillo antes de colocar los trozos en la tierra. Cúbrelos con tierra y riega. Otra opción es secar las cáscaras de naranja y triturarlas para obtener un polvo que luego esparcirás en la base de tus plantas.
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Fertilizante natural con cáscaras de plátano
Cáscaras de plátano – Fuente: spm
Las cáscaras de plátano son un residuo orgánico que enriquece el suelo con nitrógeno, magnesio, fósforo, potasio y hierro. Al incorporarlas en el compost, las cáscaras de plátano liberan nutrientes esenciales para el desarrollo de las plantas, favoreciendo su enraizamiento y aumentando su resistencia a las enfermedades. Puedes optar por cubrir tus plantas con las cáscaras de plátano o preparar un fertilizante líquido. Para ello, corta las cáscaras en trozos pequeños y sumérgelas en un cubo de agua. Deja reposar durante unos días, cuela el líquido y úsalo para regar tus plantas. También puedes usar sal de Epsom, cenizas de madera o estiércol de caballo para enriquecer el suelo y promover el crecimiento de tus plantas.
No dudes en aplicar estos fertilizantes naturales para enriquecer la tierra y favorecer el crecimiento y la floración de tus plantas de interior, jardín o huerto.