Cómo cultivar un plantón de manzana sin costo alguno en solo 10 días

Es posible cultivar una plántula utilizando restos de manzana, solo requiere unos pocos días. A continuación, te explicamos cómo puedes hacerlo sin gastar dinero.

La manzana es una fruta muy popular y muchos la consideran un símbolo de salud. Su composición es mayormente acuosa y ayuda a generar una sensación de saciedad, por lo que es ideal para quienes buscan perder peso. Lo que quizás no sepas es que además de todas las ventajas de consumir manzana, puedes también crear una plántula.

Producir nuevas plántulas no es complicado y, a menudo, solo necesitas una simple semilla germinada. Como sabes, dentro de cada manzana hay varias semillas que puedes utilizar para cultivar tu propia planta de manzana, que eventualmente podría convertirse en un árbol. Sin duda, requerirá tiempo.

Ahora, veamos cómo puedes obtener una plántula de manzana utilizando solo los restos de la fruta, esa parte que normalmente desechas. En el siguiente párrafo, encontrarás todos los pasos y consejos necesarios para que el proceso sea exitoso. Se necesita muy poco, así que aquí te explicamos cómo hacerlo.

Manzano: así se cultiva a partir de una semilla

Como mencionamos, es posible cultivar un manzano en casa simplemente comenzando con la semilla de la manzana. Realmente, no te llevará mucho tiempo iniciar la plantación, pero necesitarás ser muy paciente, ya que el proceso es largo. Sin duda, no verás frutos en la planta de inmediato, pero con el tiempo, tal vez sí.

Primero, selecciona una manzana bien madura y ábrela con cuidado para no dañar la parte central donde se encuentran las semillas. Detente antes de llegar al centro y usa tus manos para abrirla completamente. Una vez que consigas las semillas, deberás germinarlas. Aquí te explicamos cómo hacerlo.

Necesitarás un recipiente de plástico o vidrio con tapa hermética. Coloca una servilleta de tela blanca dentro e introduce las semillas. Cierra la servilleta y rocía un poco de agua sobre ella. Debe estar húmeda, pero no empapada. Luego, cierra el recipiente y déjalo expuesto a la luz solar durante 10 días (sin luz solar directa).

Después de este periodo, abre el recipiente y verifica si las semillas han germinado. Es crucial que no se forme moho. En este punto, deberás plantar las semillas que ya han germinado y dejar las que no lo han hecho dentro del recipiente. Toma una maceta de 10 cm de diámetro y llénala con turba. Si no la encuentras, puedes usar tierra universal suave y de buena calidad que drene bien.

Haz un hoyo de aproximadamente 3 o 4 cm de profundidad. Con unas pinzas, toma la semilla germinada y colócala en el agujero. La raíz debe estar hacia abajo y la semilla hacia arriba. Ten mucho cuidado de no dañarla. Luego, cubre con tierra y humedece con un spray. Coloca la maceta en un lugar luminoso, pero sin luz solar directa.

Con el tiempo, notarás que el brote comenzará a crecer. Después de una semana, deberías ver una pequeña plántula de aproximadamente 4 cm. Al cabo de un mes, las primeras hojas comenzarán a aparecer. Con el tiempo, la planta seguirá creciendo. Cuando la planta alcance más de 1 m de altura y tenga un tronco de 1 cm de diámetro, podrás proceder a injertarla.

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