Nos encontramos en la temporada alta de cítricos. Durante este tiempo, las cáscaras de mandarina son muy comunes, así que es recomendable guardarlas ya que pueden ser de utilidad.
Parece increíble, pero también se pueden reutilizar las cáscaras de naranja o mandarina.
Mandarina: ¿qué características tiene?
La mandarina es un cítrico que conquista a todos por su sabor refrescante y su exquisito aroma dulce.
Esta fruta tropical, que tiene una forma ovalada y achatada, presenta una piel que se asemeja en color, textura y brillo a la de una naranja. Es muy fácil de pelar, y la forma más común de consumirla es fresca, permitiendo así disfrutar de todo el jugo que contiene su pulpa.

Puedes comerla sola o usarla para preparar bebidas refrescantes, así como su jugo para elaborar postres, salsas y diversas recetas tanto dulces como saladas.
Para disfrutar de una rica mandarina, lo primero que debes hacer es pelarla, y aquellos que son más cuidadosos también suelen quitar los filamentos blancos que pueden ser algo amargos. Sin embargo, muchos ignoran que la piel que desechamos suele ser una parte valiosa de la fruta que puede utilizarse para hacer infusiones, adornar postres, cócteles, entre otras cosas.
Cómo reutilizar cáscaras de mandarina
Con la llegada de la temporada de mandarinas, seguramente no querrás perderte su rico sabor, pero ten en cuenta que todo tiene su uso. No deseches tus cáscaras, porque podrás disfrutar de la temporada invernal llenando tu hogar con su maravilloso aroma.

Las cáscaras de mandarina tienen un propósito más allá de la cocina, actuando como un excelente y natural truco para eliminar olores. Hacer este ambientador casero es muy fácil, solo necesitas hervir varias cáscaras de mandarina y tu hogar se impregnará de un agradable aroma cítrico.
Si lo que deseas es perfumar un área específica, puedes colocar las cáscaras secas en una bolsa y guardarlas en el lugar que quieras refrescar, como: el baño, un armario o cajones.
En cuanto a la conservación de las cáscaras de mandarina, no debes preocuparte ya que no es necesario refrigerarlas ni congelarlas. Simplemente colócalas en un recipiente hermético y guárdalas en un lugar seco y oscuro; de esta manera, la cáscara mantendrá su aroma y sabor por mucho tiempo, esperando el momento en que decidas emplearla.
Cáscaras de mandarina con vinagre: cómo elaborar un potente limpiador
Así, además de no desperdiciar nada, podremos crear un producto de limpieza con un aroma otoñal muy práctico. ¿Te gustaría saber cómo hacerlo?
Solo necesitas colocar las cáscaras de mandarina en un frasco de vidrio, llenándolo y presionando a medida que añades las cáscaras. Una vez que el recipiente esté lleno, vierte vinagre blanco hasta el borde, cierra con una tapa hermética y espera una semana antes de usar el líquido filtrado.

Este limpiador de cáscaras de mandarina se puede pulverizar sobre superficies o mezclar con otros cítricos para mantener un ambiente fresco y agradable.