Seis errores de lavado que dejan mal olor en la ropa y cómo evitarlos

Cuando realizamos el lavado de la ropa, esperamos legítimamente que salga limpia y con un aroma fresco de la lavadora. Sin embargo, en ocasiones nos encontramos con sorpresas desagradables, y una de las más comunes es el olor desagradable en la ropa recién lavada. Para ahorrar tiempo, a menudo podemos incurrir en errores durante el lavado que dan lugar a este problema, y es fundamental evitarlos.

En este artículo, no nos enfocamos en cómo eliminar los olores, sino en listar los errores de lavado que suelen provocar ese olor a humedad en nuestra ropa. Examina estas ideas erróneas sobre cómo lavar la ropa.

Errores al lavar que generan olor a humedad en la ropa

Aquí están los principales errores en el lavado y secado que podrían ser responsables del olor a humedad que emana de nuestra ropa.

– Sobrecargar la lavadora puede resultar en olor a humedad

Este error se refiere a llenar en exceso el tambor de la lavadora. Este acto resulta contraproducente y no limpia la ropa de manera efectiva. Una lavadora sobrecargada tiende a humedecer más las prendas y prolonga el tiempo de secado.

– La falta de ventilación contribuye al olor a humedad

Si tus prendas no tienen suficiente circulación de aire durante el secado, puede formarse humedad. No acumules toda tu ropa mojada en una secadora con la esperanza de ahorrar tiempo o acabarás con ropa que emana un olor a humedad. Esto también podría afectar las telas, obligándote a planchar más prendas.

Lo ideal es espaciar los ciclos de lavado y proporcionar a tu ropa el espacio necesario para un secado adecuado. A su vez, asegúrate de ventilar la habitación durante 15 minutos para permitir un buen flujo de aire. Una ventilación adecuada es crucial para un secado de calidad.

– Secar la ropa en un ambiente húmedo puede generar olor a humedad

Cuando hace frío, es común optar por secar la ropa en lugares como el baño. Sin embargo, esto es un error. La falta de aire provocará inevitablemente olores a humedad con el tiempo. Si no deseas abrir las ventanas por el frío, considera la opción de adquirir un deshumidificador para facilitar un secado más rápido.

– No limpiar tu lavadora puede dejar olor a humedad en la ropa

Las lavadoras tienden a acumular humedad, lo que puede causar moho y un olor persistente. Para evitarlo, limpia el tambor con un limpiador casero y luego realiza un ciclo en vacío a alta temperatura después de agregar unas cucharadas de bicarbonato de sodio en el compartimento del detergente. El bicarbonato no solo ayudará a eliminar las bacterias, sino que también desodorizará la máquina.

Además, entre cada uso, recuerda dejar la puerta de tu lavadora entreabierta. Una buena ventilación permite un secado de calidad y previene que la ropa adquiera olor a humedad. También es importante no olvidar que las juntas de goma del tambor pueden acumular suciedad y bacterias. No dudes en limpiarlas y desinfectarlas.

– Usar una cantidad inadecuada de detergente puede contribuir al mal olor a humedad

Si piensas que usar más detergente te ahorrará tiempo y mejorará la eficiencia, piénsalo de nuevo. Un exceso de detergente solo generará espuma que atrapará la suciedad y las bacterias responsables del mal olor.

Simplemente consulta la etiqueta y las indicaciones en la tapa para usar la cantidad adecuada de detergente. En cuanto a la temperatura del agua, es recomendable usar agua caliente para aquellas telas que lo permitan, ya que ayuda a eliminar mejor las bacterias.

– El uso frecuente de suavizante de telas también puede causar olor a humedad

Es difícil resistirse a la tentación de usar suavizante para perfumar y suavizar nuestras prendas. Sin embargo, su uso frecuente solo enmascarará los olores indeseables en lugar de neutralizarlos. En su lugar, es preferible optar por el vinagre blanco, que proporciona propiedades desodorantes y desinfectantes.

Si te resulta complicado renunciar a las características aromáticas del suavizante, siempre puedes agregar unas gotas de aceite esencial diluido en agua en el compartimento correspondiente. Tomillo, menta, lavanda o eucalipto son algunas opciones. También puedes preparar tu propio suavizante de telas sin químicos.

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