Las orquídeas son plantas tropicales perennes que se pueden cultivar con facilidad en el hogar. Esta familia de flores es extremadamente variada, contando con alrededor de 25.000 especies diferentes. La orquídea más popular y comercializada es la phalaenopsis, conocida como orquídea mariposa debido a la forma de sus flores. A pesar de ser relativamente simples de cuidar, una orquídea puede marchitarse si no se le brindan las condiciones adecuadas. No obstante, aún existe la oportunidad de recuperarla. Aprenda cómo restaurar una orquídea que está en mal estado.
La orquídea es una planta tropical que disfruta de la luz y la humedad. Aunque su cuidado no es complicado, esta planta con flores puede morir si se le proporciona poca agua o, por el contrario, si se le riega en exceso. En ambas situaciones, es posible revitalizarla en solo unos minutos.
¿De qué manera rescatar una orquídea en mal estado?
Orquídea marchita – Fuente: spm
Antes de intentar revivir tu orquídea, es fundamental identificar la causa del problema. Para ello, observa el estado de tu planta. Si las raíces presentan pudrición, esto indica que has regado demasiado tu orquídea. Por el contrario, si los pétalos caen o las hojas adoptan un tono amarillento, significa que tu planta está deshidratada. Una vez que hayas establecido la causa, poda la planta eliminando las partes dañadas, como los tallos secos en la base y las flores en mal estado.
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Rescatar una orquídea deshidratada
Si tu orquídea se ha secado debido a la falta de riego o a la exposición directa al sol, puedes recuperarla dándole un buen riego. Para esto, coloca la maceta en un recipiente con agua, asegurándote de que las raíces queden completamente sumergidas durante aproximadamente 10 minutos. De esta manera, las raíces y el sustrato se rehidratarán. Luego, saca la maceta del agua y déjala escurrir.
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Recuperar una orquídea por exceso de riego
Para evitar que tu orquídea sufra por exceso de agua, deja que el sustrato se seque antes de verificar el estado de las raíces, buscando signos de pudrición. Estas raíces se verán blandas, de color marrón y pueden emitir un mal olor. Las raíces en mal estado pueden decolorarse a blanco y eventualmente morir. Para revitalizar tu planta, sácala de la maceta y quita la tierra que esté adherida a las raíces. Con unas tijeras de podar desinfectadas, corta las raíces dañadas en la base para prevenir que la pudrición se propague al resto de la planta. Luego, trasplanta tu orquídea a una nueva maceta utilizando una mezcla de sustrato a base de corteza de pino que favorezca el drenaje. Es recomendable elegir una maceta con orificios de drenaje para permitir que el exceso de agua se elimine después de cada riego. Humedece la planta en su maceta en un recipiente con agua para mitigar el impacto del trasplante.
¿Cómo cultivar orquídeas de manera exitosa?
Orquídea Phalaenopsis – Fuente: spm
La orquídea es una planta tropical que valora la humedad. Sin embargo, evita colocarla cerca de fuentes de calor que puedan secar el aire como los radiadores. Puedes también rociar el follaje diariamente para mantener un ambiente húmedo alrededor de la planta. Además, esta planta floreciente disfruta de la luz, pero no del calor intenso. Se recomienda una exposición a sombra parcial. Para cultivar tu orquídea con éxito, es crucial prestar atención al riego. Generalmente, deberías regarla una vez a la semana durante primavera y verano, y cada dos semanas en otoño e invierno. Asimismo, cuando la orquídea entre en su fase de latencia, es importante espaciar los riegos. Sin embargo, es preferible, antes de regar, verificar la humedad del sustrato. Si aún está húmedo, no es necesario regarla. Espera hasta que esté más seco para hacerlo. Ten en cuenta que las orquídeas prefieren agua no calcárea, como el agua de lluvia o filtrada. También es recomendable regar las orquídeas tropicales con agua a temperatura ambiente, para no dañar su sistema radicular, y asegurarte de eliminar cualquier agua estancada del plato o macetero.
Para prevenir el exceso de humedad que podría dañar tu orquídea, considera colocar guijarros de arcilla en el fondo de la maceta para facilitar el drenaje. Lo ideal es usar una maceta transparente para permitir que las raíces reciban luz. De esta forma, podrás verificar frecuentemente el estado de las raíces y ajustar las necesidades de tu planta.
Para favorecer el crecimiento y la floración de tu orquídea, puedes fertilizarla con un abono específico para orquídeas, evitando la sobredosificación. Este abono debe estar adecuadamente diluido. Opta por un fertilizante rico en nitrógeno durante la fase de crecimiento de las hojas y uno con alto contenido de potasio durante la floración. El nitrógeno fomenta el desarrollo de las partes verdes de la planta, como tallos y hojas, mientras que el fósforo promueve la formación de semillas y flores. Por lo tanto, es importante alternar entre ambos tipos de fertilizantes.
Con estos simples cuidados, podrás salvar a tu orquídea en mal estado y volver a disfrutar de su hermosa floración, alegrando tu hogar.