Revive Cualquier Orquídea Sin Raíces con Este Método Simple

Orquídea sin raíces: pasos a seguir

Como mencionamos, vamos a revivir una orquídea que no tiene raíces. Este proceso es bastante sencillo y accesible incluso para quienes están comenzando en el mundo de las plantas. Si posees una orquídea sin raíces, no te desanimes, ya que existe una forma de mantenerla con vida. Primero, toma tu orquídea y corta las raíces si están completamente secas y negras.

Las raíces deben tener un color verde que tienda a gris, así que si observas que no tienen este tono, es mejor eliminarlas. Quedará solo la base de la planta, y es importante limpiarla cuidadosamente, utilizando unas tijeras si es necesario. En este momento, necesitarás ajo. Este ingrediente es conocido por sus propiedades antibacterianas y funcionará como un excelente antiséptico.

Consigue un diente de ajo y colócalo en un recipiente. Utiliza un exprimidor de ajo o un mortero para triturarlo. Luego, agrega medio litro de agua y filtra la mezcla para deshacerte de cualquier residuo. Humedece una almohadilla de algodón con el agua de ajo y aplica sobre todas las hojas de la orquídea.

Después, coloca un vaso y pon la base de la planta en el fondo, luego vierte el agua de ajo hasta cubrirla. Deja reposar por aproximadamente 30 minutos. En el agua restante, añade semillas de arcilla que irán en la maceta y coloca un paño suave y absorbente, como una gasa, en la parte superior.

A continuación, toma una botella y corta solo el cuello y la parte inferior. Para el cuello, unos 5 centímetros serán suficientes, y para la parte inferior, alrededor de 10 centímetros. Utiliza una gasa, exprímela y envuélvela alrededor de la base de la orquídea. Inserta la gasa a través del cuello de la botella desde la parte más estrecha. En la parte inferior, coloca las semillas de terracota y agua limpia.

Luego, cierra la botella con la otra parte. La gasa absorberá el agua y mantendrá la base de la planta constantemente húmeda. Coloca esta botella en un lugar fresco durante unas 2 semanas y rocía las hojas cada dos días. Cambia el agua cuando esté sucia o cuando esté a punto de acabarse. Después de 2 meses, comenzarás a notar resultados y podrás trasplantar la planta cuando las raíces hayan crecido entre 6 y 7 centímetros.

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