¿Te has puesto a pensar alguna vez en cuántas aplicaciones puede tener la plancha junto con el papel de aluminio? A continuación, te presentamos algunas sugerencias sobre cómo puedes aprovechar este curioso dúo en la cocina.
La plancha es una herramienta bastante práctica, aunque a menudo es objeto de desagrado. El tiempo que se invierte en planchar, el costo asociado a su uso, y el calor del verano son solo algunas de las razones. No es precisamente uno de los electrodomésticos más queridos. Sin embargo, sus aplicaciones más allá del planchado podrían sorprenderte. Vamos a explorar otras maneras de utilizarla, especialmente en combinación con un gran aliado: el papel de aluminio.
La plancha: un objeto de amor y odio
La primera patente de una plancha eléctrica se registró en 1891, mientras que su predecesora ya estaba en uso alrededor del año 200 a. No era muy diferente de las planchas actuales, ya que consistía en un recipiente plano con un mango que contenía brasas encendidas, funcionando de manera similar a lo que conocemos hoy, es decir, “alisar” las arrugas de las telas.
En la actualidad, se tiende a evitar el uso de la plancha tanto como sea posible, debido a la incomodidad de planchar y, sobre todo, para intentar reducir el consumo, especialmente en un periodo de facturas elevadas.

En la actualidad, hay una gran variedad de modelos de planchas, desde las secas hasta las de vapor, con caldera y las verticales, pero con tener una plancha básica con placa en casa (no necesariamente una de planchado vertical) es suficiente para emplearla de maneras realmente útiles.
Papel de aluminio y plancha: ¿cuáles son las ventajas de esta combinación?
Existen numerosas maneras alternativas de utilizar la plancha, desde plastificar fotos hasta reparar suelos y muebles de madera. Hoy, sin embargo, nos enfocaremos en su uso junto con el papel de aluminio.

En efecto, el aluminio, al ser un excelente conductor, es ideal para ser calentado y tiene múltiples aplicaciones, sobre todo en la cocina.
Es común abrir una bolsa de papas fritas o dulces y no saber cómo volver a cerrarla, o simplemente abrirla de manera inadecuada. En lugar de transferir todo a otra bolsa de plástico podemos recurrir a la plancha y al aluminio. ¿Te parece interesante? Es muy sencillo. Solo necesitas utilizar papel de aluminio para cubrir las solapas de la bolsa plástica que deseas sellar y luego pasar la plancha por encima para cerrarla de manera efectiva. Este método se puede aplicar a cualquier bolsa de plástico, no solo a las de alimentos, y ayudará a mantener los productos en mejor estado.
Otro uso de la plancha, también en la cocina y con papel de aluminio, está relacionado directamente con la preparación de alimentos.

Es definitivamente muy práctico en situaciones donde no se dispone de un horno o una estufa para calentar comidas, como en habitaciones de hotel, donde se suele ofrecer una plancha.
En este caso, es fundamental tener cuidado para no quemarte. Deberás invertir la plancha para que la placa caliente quede hacia arriba. Asegúrate de que la plancha esté estable y no se tambalee; si es necesario, puedes colocarla sobre una caja o un frutero, siempre vigilando que no queme nada.
Una vez que la plancha esté asegurada, enciéndela a temperatura máxima y espera a que se caliente. Una vez que esté lista, siempre con precaución, puedes colocar una lámina de aluminio (o incluso una sartén de aluminio) sobre la placa y calentar tu comida en muy poco tiempo. Ten siempre presente que, al ser un excelente conductor, el aluminio también puede quemarse rápidamente.