El jabón suave y el bicarbonato de sodio son excelentes aliados para la limpieza de diversas áreas específicas en tu hogar. Exploremos todos los pormenores de esta «combinación».
Existen varias maneras de referirse a un jabón especial que tiene propiedades desengrasantes muy efectivas. Este se conoce como jabón suave, también conocido como jabón amarillo o jabón suave potásico. Es fácil de encontrar en el mercado a precios muy accesibles. Es completamente ecológico y biodegradable.
El jabón potásico suave fue especialmente popular en el pasado entre nuestras abuelas, pero ha vuelto a ganar protagonismo en los últimos años. Se comercializa en su forma tradicional, como pastillas de jabón. Su composición, que incluye potasio, hidróxido, glicerina y aceite de coco, hace que el jabón suave sea altamente higienizante y totalmente amigable con el medio ambiente y nuestra salud.
Estas características lo convierten en una opción ideal para lavar la piel de los niños de manera muy segura durante sus primeros meses y años. Sin embargo, este producto también ha vuelto a ser popular para lavar ropa, pero no es su único uso. También se puede utilizar el jabón potásico suave para limpiar diversas áreas de tu hogar, como el baño y la cocina.
En este artículo te revelaremos las características importantes de este producto y lo que ocurre si lo combinas con bicarbonato de sodio. Aquí encontrarás toda la información necesaria sobre este tema en particular.
Jabón potásico suave y bicarbonato de sodio: esto es lo que sucede al mezclar estos dos productos
El jabón suave de potasio posee propiedades higienizantes y desengrasantes realmente notables. Por esta razón, muchas personas eligen este producto económico y respetuoso con el medio ambiente, gracias a su contenido de glicerina, para limpiar la ropa y cada rincón de su hogar de la mejor manera posible.
El hidróxido de potasio presente en este jabón lo hace más suave y delicado que otros jabones más convencionales. El jabón suave se puede cortar en pequeños pedazos para formar bolitas de jabón.
Puedes utilizarlas para desinfectar tu ropa, tanto a mano como en la lavadora. Si lo haces a mano, simplemente frota la bolita sobre la mancha y luego enjuaga con agua. En la lavadora, solo necesitas colocar la bolita de jabón potásico suave en el tambor y encender la máquina. También podrás prescindir del suavizante de telas.
El jabón potásico suave también es eficaz para mantener alejados a los parásitos de las plantas en el jardín o en el balcón. Al pulverizar las plantas con una mezcla de este jabón disuelto en agua, estarás creando un insecticida natural que será muy útil.
Ahora veamos la mejor manera de usar el jabón suave junto con el bicarbonato de sodio. Aquí tienes toda la información que necesitas sobre el tema.
Una combinación ideal para la limpieza del hogar
Lo primero que debes hacer es cortar la barra de jabón suave en pequeñas bolitas. Luego, tomarás una de estas bolitas y la disolverás en agua caliente. La mezcla resultante debe ser colocada en una pequeña botella con atomizador. No olvides añadir una cucharadita de bicarbonato de sodio a la botella de spray.
Para potenciar la mezcla, también puedes agregar una cucharadita de vinagre. En este punto, puedes rociar y aplicar la solución para desengrasar e higienizar los accesorios de tu baño de manera efectiva.
El jabón suave combinado con el bicarbonato de sodio también resulta útil para limpiar la cocina y la vitrocerámica. Especialmente en el caso de estufas incrustadas y muy sucias, es importante frotar una bolita de jabón potásico suave directamente sobre ellas.
Una vez que hayas hecho esto, deberás mezclar agua tibia con una cucharadita de bicarbonato de sodio en un bol. Esta mezcla te ayudará a desinfectar mejor la superficie. Al finalizar, solo tendrás que pasar un paño húmedo para eliminar todas las impurezas.
Por último, el jabón suave también es efectivo para quitar el polvo y la suciedad de los cubiertos y otros muebles del hogar. Debes frotar el jabón suave con una esponja sobre los objetos que deseas limpiar, usando también bicarbonato. Con la esponja, fregarás los cubiertos hasta dejarlos perfectamente higienizados y brillantes.