Las cortezas de limón poseen numerosas propiedades: ¿te has preguntado qué sucede si las sumerges en aceite? Un antiguo remedio que se convertirá en un imprescindible en tu hogar.
No debes deshacerte de las cortezas de limón. En realidad, tienen múltiples aplicaciones en la cocina y en otros ámbitos.
Altamente valoradas en la gastronomía, las pieles de limón pueden potenciar postres, como los típicos de la tradición amalfitana, o ser utilizadas para elaborar deliciosos licores como el limoncello. También son ideales para la creación de remedios completamente naturales que están ganando popularidad no solo en Italia. Descubramos uno.
Cortezas de limón en aceite: un remedio ancestral
Las cáscaras de limón se pueden emplear para elaborar un aceite conocido como oleolito. Es un remedio totalmente natural que proporciona energía al organismo y un bienestar incomparable.
En particular, la oleolita tiene raíces en la antigüedad y puede hacerse con cáscaras de limón o con otras plantas que se deseen añadir a un aceite vegetal. Las pieles de limón se dejan reposar en el aceite, permitiendo así que se extraigan los beneficios de los aceites presentes en los hollejos (o en las plantas que decidas usar), combinados con las propiedades hidratantes y conservantes del aceite de oliva virgen extra.
El aceite actúa como un agente disolvente, capaz de extraer todas las sustancias liposolubles que contienen las plantas. Esta extracción se lleva a cabo cuando los ingredientes maceran en frío.
Las propiedades del limón y su aroma se fusionan con la mezcla de antioxidantes presentes en el aceite de oliva virgen extra, que es notablemente rico en polifenoles.
Los beneficios que el aceite aporta a nuestro cuerpo son numerosos. De hecho, puede funcionar como un tónico y estimular el retorno venoso. Además, al utilizarlo como aceite de masaje en las extremidades húmedas, se activa la circulación.
Cómo hacer aceite de limón: pasos y recomendaciones
El aceite de limón se puede considerar un aceite para masajes con diversas aplicaciones, y también se puede mezclar con sal para crear un exfoliante. Además, puede refrescar la zona de los ojos, ayudando a reducir ojeras y bolsas, favoreciendo la microcirculación. Así, la mirada y el rostro lucirán más despejados y frescos.
Para su preparación necesitarás:
- 100 gramos de cáscara de limón
- 100 gramos de aceite de oliva virgen extra
Como regla general, la cantidad de cáscaras de limón debe ser la mitad de la cantidad de aceite, en proporción. Los limones deben ser cortados en rodajas muy finas, asegurándote de conservar solo la parte amarilla y eliminar la parte blanca. Las pieles deben secarse al aire durante aproximadamente dos días, o mejor aún, al sol.
El aceite debe ser la mitad del peso de las cáscaras obtenidas. La cantidad mencionada es un ejemplo de preparación. Si deseas aumentar las cantidades, siempre debes mantener la proporción entre ambos ingredientes. El secado previene el moho. Luego, las cáscaras de limón se colocan en un frasco de vidrio previamente esterilizado. En este punto, verterás el aceite, que debe cubrir completamente las cáscaras. Agita el frasco con regularidad para asegurarte de que las cáscaras permanezcan sumergidas en el aceite.
El frasco debe guardarse en un lugar fresco y oscuro durante un mes. Después de ese tiempo, filtra el contenido, desecha las cáscaras y conserva el líquido restante en un frasco de vidrio bien limpio.