Comienza a familiarizarte con el suelo, analiza sus características y propiedades organolépticas: te darás cuenta de que no siempre es necesario regar. Por ejemplo, si al tacto se siente húmedo, eso indica que tu planta está en buen estado y no requiere más agua.
En cambio, si se siente seco o demasiado áspero, significa que tu planta necesita hidratación. También debes prestar atención a la exposición solar. Aunque la luz del sol contribuye a un crecimiento saludable, robusto y vigoroso, en exceso puede causar daños, como quemaduras en hojas y raíces.
Por esta razón, coloca tu pequeño rincón verde en un entorno adecuado para estimular su desarrollo. Sin embargo, si ya has aplicado estas estrategias y la floración no llega, será necesario utilizar un fertilizante.
Olvídate de los productos químicos o sintéticos. Con el método que te vamos a revelar, podrás crear un abono natural que asegurará una floración vibrante y duradera.
El abono natural con resultados sorprendentes
Empieza por deshacerte de todos los fertilizantes sintéticos y químicos que tengas. Con la técnica que a continuación te compartiremos, podrás preparar tú mismo un abono natural usando solo tres ingredientes.
Empieza pelando esta fruta y coloca las cáscaras en una bolsa que luego meterás en el congelador. Déjalas en frío durante tres horas, luego retíralas y comienza a cortarlas en trozos pequeños utilizando una tabla de cortar y un cuchillo afilado.
A continuación, ponlas en una olla que llevarás a ebullición. Mientras tanto, pela una patata. Este tubérculo también es rico en potasio y almidón, que actúa como un energizante para tus plantas. El procedimiento es el mismo que con las cáscaras de plátano: coloca las cáscaras de patata en una bolsa de congelación y congela todo.
Después de tres horas, sácalas del congelador y córtalas en trozos pequeños. Por supuesto, añadirás estas cáscaras a las de plátano, en la misma olla donde verterás 600 ml de agua. Deja que la mezcla hierva durante al menos 15 minutos y cúbrela con una tapa.
Transcurrido este tiempo, cuela el líquido con un colador en un vaso y reserva. Ahora es momento de añadir nuestro tercer ingrediente, azúcar o miel, al líquido que ya hemos preparado.
Agrega dos cucharadas de azúcar blanca o una cucharada grande de miel y mezcla bien. ¡Y listo! Tu abono natural está preparado. Solo te queda regar tus plantas.
Verás que con este método, en pocas semanas, tus plantas empezarán a florecer con coloridas y hermosas flores. Sin embargo, ten en cuenta que este fertilizante no debe aplicarse a diario, sino una vez cada 20 días.
Mantén el abono en un lugar seco y fresco, alejado de fuentes de calor directo. Con esta técnica, verás que tus plantas te lo agradecerán: en un abrir y cerrar de ojos, serás testigo de un proceso de floración realmente extraordinario.
Prepárate para despedirte de los fertilizantes químicos o artificiales. Con solo tres ingredientes, todos muy naturales, puedes elaborar un remedio casero que garantiza una floración rápida, explosiva y duradera.