La buena noticia es que puedes sembrarlas tú mismo sin ningún problema. Esto implica que no necesitas pesticidas nocivos y que seguirás unas pautas bastante sencillas. Ya no hay excusas.
En primer lugar, es importante recordar lo beneficioso que es este alimento para reforzar nuestro sistema inmunológico y cómo contribuye a una adecuada hidratación de nuestro organismo.
Veamos juntos los pasos a seguir para disfrutar de tus propias cosechas de mandarinas.
Preparación del semillero
Es posible que utilices semillas que ya hayas limpiado, aunque también puedes adquirir algunas nuevas.
Para la maceta, intenta conseguir una de tamaño mediano que tenga un orificio de drenaje. (Ten en cuenta que con macetas puedes cultivar una gran variedad de vegetales)
Coloca algunas piedras en el fondo de la maceta y luego un poco de arena. Este material ayudará a mejorar la circulación del aire. Asegúrate de que tu sustrato sea rico en humus.
Puedes considerar añadir perlita, turba o algún tipo de fertilizante.
Humedece el sustrato y espera a que alcance un nivel de humedad adecuado. En cualquier caso, evita que se empape demasiado.
Siembra suavemente algunas semillas en la tierra y cúbrelas con una mezcla para macetas, una capa de aproximadamente una pulgada será suficiente.
Al cultivar un árbol de mandarina, evitarás tener que comprarlo y, a largo plazo, disfrutarás de una buena cantidad de fruta mientras ahorras – Fuente: Meta Spoon
Coloca una lámina de plástico transparente sobre tu maceta para conservar la humedad (también puedes poner la maceta dentro de una bolsa de plástico). Esto acelerará el proceso de germinación.
Asegúrate de situar el recipiente en un lugar cálido. Evita la luz solar directa y simplemente coloca la maceta en un sitio donde la temperatura sea lo suficientemente alta.
Añade un poco de agua de manera regular. El objetivo es que el sustrato nunca se seque, pero tampoco se empape. Espera alrededor de 20 días para ver los primeros brotes.
Cuando observes estas primeras señales, puedes retirar la lámina de plástico y mover la maceta a un lugar iluminado, pero no expuesto al sol directo.
Con la llegada de la primavera y la cosecha, será necesario añadir abono a la planta tres veces al mes.
Opta por un fertilizante líquido que contenga una buena concentración de zinc, magnesio y hierro.
Aquí tienes los pasos a seguir.
Con el tiempo, notarás que tu árbol crece poco a poco. Se volverá más robusto y tendrá un buen follaje.
Cuando esto ocurra, necesitarás un recipiente más grande para trasplantarlo.
Continuarás haciendo lo mismo a medida que tu árbol aumente en tamaño y altura. Ten en cuenta que requerirá un nivel de humedad acorde a su tamaño.
Además, si resides en un clima suficientemente cálido, podrás plantar tu árbol directamente en tu jardín una vez que llegue la temporada adecuada.
La temperatura es un factor clave, como se puede ver en el cultivo de fresas.
Para el mantenimiento, es necesario eliminar las ramas marchitas y dañadas. Cuando recojas tus cítricos maduros, hazlo con cuidado.
Con una dosis razonable de determinación, conseguirás hermosas y deliciosas mandarinas mientras ahorras.
Si eres una persona ahorrativa y tienes un buen pulgar verde, también te interesará un consejo sobre cómo cultivar tomates de calidad por ti mismo.