Cómo lavar almohadas amarillentas y dejarlas blancas como nuevas

Si tus edredones y almohadas han empezado a adquirir un tono amarillento, es completamente normal. A lo largo del tiempo, diversos factores como los ácaros del polvo y el sudor pueden afectar la calidad de la ropa de cama. Afortunadamente, hay formas de devolverles el blanco radiante a tus almohadas con algunos trucos sencillos. Descubre tres métodos de lavado efectivos y consejos prácticos para mantener siempre tu ropa de cama limpia.

Es importante recordar que la ropa de cama necesita ser lavada con regularidad, y las almohadas no son la excepción. De hecho, es fundamental desinfectarlas y eliminar las manchas amarillentas que puedan haberse acumulado.

Además, las almohadas pueden convertirse en un refugio ideal para ácaros del polvo, virus y bacterias. Estos provienen, entre otras cosas, del sudor y las partículas de suciedad que se acumulan con el tiempo. Sin embargo, a pesar de las manchas amarillentas y los olores que puedan desprender tus almohadas, no siempre es necesario desecharlas. Esto es especialmente cierto si son de buena calidad y no han superado los dos años de uso.

Antes de considerar deshacerte de ellas, concéntrate en algunos consejos de limpieza económicos que pueden mejorar su apariencia. Aquí tienes algunos métodos que puedes aplicar una vez al mes para tratarlas de manera efectiva. Esto también se aplica a cojines y almohadones.

¿Por qué las almohadas se vuelven amarillas?

Como probablemente ya sospechas, la principal y más común razón es la sudoración. Y no es de extrañar, ya que cada noche tu almohada se irá amarillando poco a poco debido a esto. El sudor se infiltra en las fibras de la almohada antes de que se manifieste en la superficie. Aunque la transpiración es la causa más frecuente, también intervienen otros factores, como la saliva.
Los fluidos que liberamos contribuyen al amarillamiento de la almohada que los absorbe. Además, esta decoloración no es solo una cuestión estética, ya que indica que bacterias y ácaros han encontrado un hogar en el interior de las fibras. Esto es comprensible, ya que a estos organismos les encanta la humedad, lo que puede llevar a problemas como asma, alergias o rinitis.

Almohadas antes y después del lavado – Fuente: onegoodthingbyjilee

Aquí tienes 3 métodos eficaces para limpiar tus almohadas amarillentas:

1. Agua caliente y limón

El limón es un recurso invaluable y muy efectivo si deseas revitalizar tus almohadas para asegurar un descanso óptimo. Este truco te permitirá aprovechar las propiedades blanqueadoras y desinfectantes de los cítricos.

Primero, hierve 2,5 litros de agua y añade 6 vasos de jugo de limón. Luego, sumerge la almohada en esta mezcla durante aproximadamente 2 horas. Después, simplemente lava la almohada con agua jabonosa para eliminar las manchas antes de enjuagarla y dejarla secar. Puedes añadir más agua si es necesario para que la almohada quede completamente sumergida en la solución.

2. Vinagre blanco y bicarbonato de sodio

Para aclarar y suavizar de manera natural las fibras de tu almohada, una combinación de bicarbonato de sodio y vinagre blanco es ideal. Puedes contar con las propiedades antibacterianas y blanqueadoras de estos dos ingredientes para eliminar la suciedad, el sudor y las manchas en la almohada. También ayudará a combatir los olores desagradables que puedan haberse quedado impregnados.

Usarlos es muy sencillo. Coloca tu almohada en un recipiente con agua caliente y añade media taza de vinagre blanco mezclada con la misma cantidad de bicarbonato de sodio. Déjala en remojo durante 1 hora. Luego, selecciona un ciclo de lavado normal en la lavadora y déjala secar al aire. Cabe mencionar que el bicarbonato de sodio también puede usarse para limpiar tu colchón.

3. Limón y agua oxigenada

Este tratamiento antimanchas y antiácaros es perfecto para sustituir a la lejía y consiste en mezclar jugo de limón con agua oxigenada para blanquear la ropa. Estos ingredientes contienen principios activos que eliminan fácilmente las manchas de sudor o saliva.

Para aprovechar sus beneficios, prepara un recipiente con agua caliente y añade media taza de jugo de limón y el doble de agua oxigenada. Sumerge la almohada en la mezcla y déjala actuar durante una hora. Después de este tiempo, realiza un ciclo normal en tu lavadora para enjuagar la almohada y luego déjala secar al sol.

Consejos prácticos para el lavado de tus almohadas

Para asegurar un lavado adecuado de las almohadas, es importante seguir algunas recomendaciones:

  • Consulta siempre la etiqueta: independientemente de si son de poliéster, algodón o pluma, es fundamental lavar cualquier tipo de almohada según las instrucciones de la etiqueta para preservar su calidad. Por lo tanto, verifica que tu almohada sea apta para lavar a máquina.
  • Para máquinas de carga superior: lava dos almohadas a la vez para mantener el equilibrio en la máquina.
  • Secar al aire o al sol: una vez finalizado el lavado, coloca tus almohadas al sol para que se beneficien de los rayos UV. Estos favorecen el blanqueo del textil, convirtiendo esta fuente de luz en la mejor opción para secar la ropa de cama y ayudar a eliminar los ácaros del polvo. Resultado: una almohada brillantemente blanca para que duermas cómodamente por la noche.

Si decides usar secadora, elige un ciclo de aire fresco. Si se trata de una almohada de plumas, añade pelotas de tenis para mantener su forma. Pero ten cuidado de no agregar más de dos para evitar dañar el tambor del aparato.

Cuidado de las almohadas – Fuente: Pop Sugar

3 consejos para el mantenimiento de tus almohadas

Aparte del lavado, es igualmente esencial adoptar medidas preventivas y beneficiosas para el correcto cuidado de las almohadas, asegurando que se mantengan suaves, limpias y cómodas:

1. Usa un protector de almohada

Un protector de almohada puede ofrecer una segunda línea de defensa contra las células muertas, el sebo y el sudor que produce la piel. Todo lo que necesitas hacer es conseguir un protector de almohada para colocar debajo de la funda, evitando así la entrada de alérgenos. Además, asegúrate de lavar estos protectores mensualmente.

2. Lava las almohadas 3 o 4 veces al año

Esto es aún más relevante si notas que se están volviendo amarillas. En cuanto a las fundas de almohada, que son las que primero entran en contacto con nuestros fluidos corporales, lo ideal es lavarlas una o dos veces por semana.

3. Reemplaza las almohadas cada 2 o 3 años

Aunque muchas personas conservan sus almohadas durante largos periodos, es recomendable cambiarlas después de 2 o 3 años de uso. Con el tiempo, las almohadas pierden su firmeza y ya no pueden sostener adecuadamente la cabeza. Sin embargo, el amarillamiento no siempre debe ser motivo para reemplazarlas.

¿Cómo lavar las almohadas según su tipo?

Las instrucciones de lavado varían según el tipo de relleno de tus almohadas. Así es como debes proceder con cada tipo:

  • Almohada viscoelástica: Debido al riesgo de que la lavadora dañe el relleno de espuma y el comportamiento viscoelástico de tu almohada, es preferible optar por un lavado a mano. Comienza sumergiéndola completamente en agua y presionándola durante 10 minutos. Luego, enjuaga hasta que el agua salga clara, asegurándote de escurrirla bien antes de dejarla secar al aire. Si tiene manchas, límpiala con un paño húmedo con un poco de detergente suave o quitamanchas. Resultado: una almohada firme, ideal para apoyar la columna vertebral.
  • Almohada de poliéster: para este tipo de almohada de fibra sintética, lávela con agua tibia en un ciclo delicado. La cantidad de detergente debe ser moderada; una o dos cucharaditas son suficientes para el lavado a máquina.
  • Almohada de pluma o plumón de ganso: coloca estas almohadas en la lavadora con agua fría y un detergente suave. Luego, sécalas en la secadora a baja temperatura para no dañar el plumón, ya que las altas temperaturas pueden deteriorar su calidad.

¿Qué pasa con la ropa de cama y con qué frecuencia debe lavarse?

El dormitorio es un lugar propenso a la humedad y el calor, condiciones ideales para la acumulación de bacterias, gérmenes y otras impurezas. Para evitar estos problemas, es necesario lavar las sábanas y la funda nórdica cada dos semanas, o incluso semanalmente. También hay soluciones naturales para limpiar eficazmente tu colchón.

¿Cómo lavar correctamente las sábanas?

Los juegos de sábanas deben lavarse regularmente para disfrutar de ropa de cama que siempre huela fresca. Por ello, es recomendable lavarlas a la temperatura adecuada, favoreciendo el calor. Una temperatura alta eliminará todos los patógenos que puedan haberse acumulado en las microfibras de las sábanas. Sin embargo, asegúrate de verificar la temperatura recomendada en la etiqueta para no alterar la calidad de tu ropa.

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